Aguas Antofagasta está desarrollando un importante proyecto de ampliación de la Planta Desaladora Norte Antofagasta. ¿Qué desafíos supone para ustedes y para la ciudad? 
El gran desafío con el proyecto de ampliación, que inicialmente son 380 litros por segundo, pero que al terminar las tres fases serían 630 litros por segundo adicional, es poder abastecer 100% de agua desalada y de calidad a la ciudad de Antofagasta a partir del segundo semestre del 2024. Hoy logramos abastecer con agua desalada el 75% de la capital regional, el 100% de Mejillones, 100% de Tocopilla y 38% de Taltal. No hay que olvidar que estamos en el desierto, y que nuestra región es súper importante en el crecimiento nacional, tanto por el desarrollo del hidrógeno, como en otros minerales. Para todos estos desarrollos y crecimiento se necesita agua y gracias a la desalación y a que miramos el mar hace 20 años, es que a pesar del cambio climático y escasez hídrica como sanitaria no tenemos este problema.  

Actualmente hay cierto consenso en que Chile tiene que realizar mejoras en la legislación actual para acelerar los tiempos en que las plantas desaladoras logran materializarse. ¿Qué aspectos cree que son los más fundamentales? 
Uno podría decir que los permisos de las plantas pueden dividirse en tres grandes bloques: lo que tiene que ver con la concesión marítima, lo que tiene que ver con la RCA (la Resolución de Calificación Ambiental) y los permisos municipales de construcción.  Los tiempos de la concesión se podrían reducir, porque las capacidades operativas de la Armada no son muchas, no tienen mucha gente dedicada a esto, son muy hábiles, pero no tienen tanto personal, entonces me parece que ahí se mejora con más gente.  El segundo, el de la RCA, es un esquema muy complejo de todos los permisos y pronunciamientos sectoriales. Si no van amarrados al tercero, que tiene que ver con los permisos municipales en lo relacionado a los usos del suelo, en el plan regulador se genera un entrampamiento fuerte.   

El mensaje central es que es necesario revisar el tema de permisos, siempre resguardando lo ambiental por supuesto, pero adicionalmente debe haber posibilidades en los planes reguladores, dejando claro de que esto es una infraestructura necesaria y estratégica cuando es para el consumo humano, que permita su uso sin tanta complejidad.  

¿Cómo cree que ha afectado la crisis hídrica a la innovación en la industria de las desaladoras? ¿Es posible que este problema sea también una oportunidad? 
Estoy completamente seguro de que es una oportunidad. Con la crisis hídrica se han tomado decisiones importantes y estratégicas. Por ejemplo, los últimos anuncios del presidente; o algunas mineras que tomaron la decisión de implementar desaladoras para su producción; o nosotros en Aguas Antofagasta, que al estar en un desierto, tanto la región como la empresa se decidieron por la desalación a tiempo. 

Una crisis hídrica como la que hay en el país, posibilita utilizar estas innovaciones, que están en el mercado, pero que pueden ser aplicadas y retomadas para las necesidades del país, y que no se tomarían si no se tuviera esta crisis hídrica. Para todo esto, las alianzas público – privadas son trascendentales y la voluntad de todos los actores para que avancen los proyectos tan necesarios para la calidad de vida de las personas y el desarrollo de nuestro país. 

De cara al Congreso ACADES, Nuevas fuentes de agua para Chile, ¿qué temática cree que es fundamental que abarque este encuentro? 
Yo el encuentro creo que debería dividirse en dos grandes bloques. Unos temas más del ámbito político que tenga que ver con las concesiones, con la financiación, con la permisología, y uno más del ámbito técnico pero enfocado hacia desmitificar temas y mitos que se han ido repitiendo de la desalación. Pasa con las líneas de transmisión y en esta industria con la salmuera. 

Me parece que el ámbito técnico y el ámbito político del seminario son centrales. Por eso hago la invitación a que lo hagamos más masivo, a que tengan capacidad de participar estudiantes de último semestre de carreras ambientales y sociales, para que se aprenda de los impactos generados por la desalación, que son mínimos, y muy manejables versus los beneficios a un tema de escasez hídrica de un país como Chile.